Desde la ciudad-estado de Singapur, considerada una de las economías más dinámicas y desarrolladas del mundo, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, anunció la apertura del mercado singapurense a las exportaciones de carne bovina, porcina y aviar paraguaya. El anuncio se dio tras una reunión oficial con autoridades del gobierno de Singapur, en el marco de una misión diplomática y comercial.
“Estamos muy contentos por lo que significa este nuevo mercado para Paraguay. Es una excelente noticia para los productores que vienen haciendo grandes inversiones en el sector cárnico”, expresó el presidente Santiago Peña a través de sus redes sociales. El mandatario subrayó que esta apertura no solo representa una victoria comercial, sino también un reconocimiento a los estándares sanitarios y de calidad que el país ha venido fortaleciendo en los últimos años.
La incorporación de Singapur a la lista de destinos para la carne paraguaya cobra relevancia estratégica por tratarse de un hub comercial clave en el sudeste asiático. Con una población altamente urbanizada y un elevado poder adquisitivo, Singapur importa casi la totalidad de los alimentos que consume, lo que convierte a este mercado en un objetivo de alto valor para los países agroexportadores. Paraguay, con una producción cárnica reconocida por su calidad y trazabilidad, ve así consolidado su posicionamiento en Asia.
Este avance también refuerza los esfuerzos del gobierno paraguayo por diversificar mercados, reducir la dependencia de destinos tradicionales y abrir nuevas oportunidades para los productores locales. En los últimos años, Paraguay ha trabajado intensamente en acuerdos sanitarios y protocolos de exportación con varios países de Asia, Oriente Medio y Europa del Este, lo que ha ampliado significativamente el alcance de sus productos agroindustriales.
Con esta apertura, Paraguay reafirma su rol como potencia alimentaria en crecimiento, respaldada por políticas de Estado orientadas a la competitividad y la apertura comercial. Además, este tipo de acuerdos no solo generan divisas, sino que también estimulan el empleo, la inversión en tecnología agropecuaria y el desarrollo de infraestructura en el interior del país, donde se concentran las principales actividades productivas.